En marzo del año pasado, Canal 4 del Reino Unido dio un “golpe” noticioso enorme, al mostrar (en dos entregas) la real forma en que operaba la empresa Cambridge Analytica, la famosa compañía que asesoraba a políticos de todo el mundo y que ha sido un actor esencial en la era de la posverdad.
Durante mucho tiempo se supo muy poco acerca de ella, pues justamente buscaba tener un perfil muy bajo.
Recién ahora sabemos algo más, gracias a la investigación de los periodistas de Londres y también a varios testimonios, entre ello el de Chris Wylie, que fue director de investigación de la empresa entre 2013 y 2014 y quien relató ante el Congreso de Estados Unidos que Cambridge Analytica (CA) pertenecía al SCL Group, una compañía contratista militar con intereses en Estados Unidos, Inglaterra y la OTAN, propiedad del billonario neoyorquino Robert Mercer, un exprogramador de IBM, y de su hija Rebekah.
Como presidente de CA, Mercer puso al británico Alexander Nix, y como vicepresidente al principal estratega de la campaña de Donald Trump, Steve Bannon (Mercer, de hecho, fue uno de los principales financistas de la campaña del ahora presidente de EEUU).
Según Wylie, CA funcionaba bajo la idea de que “todo vale”, y aseguró que él mismo fue testigo de cómo se desviaban fondos destinados a salud para apoyar la campaña de reelección de un político africano.
“La firma era una fuerza corruptora en el mundo”, aseveró el exfuncionario, quien agregó que CA contaba con hackers que se introducían en los computadores de los rivales de sus clientes con el fin de robar información comprometedora, para lo cual contaban con ex miembros de los servicios de inteligencia de Rusia e Israel. También señaló que la entidad “se especializaba en desinformación, en desperdigar rumores, en extorsión y en propaganda”.
Asimismo, denunció la estrecha cercanía de sus ex empleadores con el fundados de Wikileakes, Julian Assange, quien dio a conocer en su web los mails robados a la campaña de Hillary Clinton.
Las noticias falsas
Igual que la fábrica de noticias falsas de Rusia, CA efectuaba microtargeting; es decir, detectaba usuarios de redes sociales indecisos ante una elección y los inundaba con memes y noticias falsas que buscaban inclinar su decisión hacia el cliente de la empresa que les estuviera pagando.
Wylie explicó que en 2013 iniciaron una investigación multimillonaria, llamada “proyecto Ripon”, a cargo de psicólogos de la Universidad de Cambridge, con el fin de desarrollar algoritmos de perfiles personales, para usar en campañas presidenciales en Estados Unidos. Una parte de esa investigación estaba a cargo del ruso-americano Aleksandr Kogan, quien desarrolló aplicaciones para Facebook, “para recolectar datos personas sobre los usuarios de Facebook y sus amigos”, sin su conocimiento, lo que costó cerca de un millón de dólares.
Con ese dinero crearon la app “This is your digital life”, la que decía ser capaz de predecir la personalidad de una persona sobre la base de una encuesta y el perfil de Facebook.
Brittany Kaiser, otra ex empleada de CA, sin embargo, dice en su libro Targetedque la recolección de información de perfiles personales había comenzado en 2010, cuando Facebook abrió la posibilidad de instalar aplicaciones de terceros en su red.
Kaiser agrega que si alguien hubiera leído el consentimiento que le pedían antes de instalar la app de CA, se habría enterado de que “estaba aceptando darles acceso a 570 puntos de datos acerca de esa persona y 570 puntos de datos acerca de cada uno de sus amigos”.
La exactitud de la información que recogían era escalofriante. Scott Galloway dice en su libro Four: el ADN secreto de Amazon, Apple, Facebook y Google, que “al conocer 150 de sus ‘me gusta’ el modelo era capaz de predecir la personalidad de un usuario mejor que su pareja. Conociendo 300, le entendía mejor de lo que se entiende a sí mismo”.
Si bien CA decía haber instalado dicha app en solo 270 mil personas, las investigaciones realizadas en EEUU arrojaron que fueron 87 millones de personas que las la usaron, por lo cual Facebook (que permitió su uso y supo lo que estaban haciendo) recibió una multa de 5 mil millones de dólares.
La caída de Cambdrige Analytica
Wylie además relató la participación que la compañía tuvo en el Brexit, a tal punto que, según él, “se gastó mucho dinero en publicidad a medida basada en datos personales”, el que fue a parar a las arcas de la compañía. Además, existen muchos antecedentes de la participación de CA en campañas políticas en todo el mundo, incluyendo Argentina.
A fines de 2017 un equipo del Canal 4 británico decidió investigar a fondo el asunto y para ello crearon a un supuesto político de Sri Lanka que necesitaba asesoría de CA. De ese modo, se reunieron varias veces con los máximos ejecutivos de la empresa y grabaron los encuentros con microcámaras. El resultado fueron dos reportajes.
En el primero de ellos se ve y escucha claramente como uno de los mandamases de la empresa, Mark Turnbull, explica la filosofía que tenían a la hora de hacer campañas políticas: “las dos guías fundamentales cuando se trata de llevar información a la gente son los miedos y las esperanzas, y muchos de ellos no se dicen e incluso son inconscientes. Tú no sabes que es miedo, hasta que ves algo que evoca esa reacción en ti”.
Del mismo modo, y contrariamente a lo que la mayoría de la gente podría pensar, explicó que “no es bueno basar una campaña en hechos, sino en emociones”, apuntando justamente a la definición de lo que es la posverdad: aquella circunstancia en la cual los hechos objetivos tienen menos valor que las creencias o las emociones.
Para ilustrar lo anterior, Turbull comentó sobre una campaña que habían efectuado en Kenia (donde siempre habían negado su injerencia), explicando también que “no estamos en el negocio de las fake newsni en el negocio de las mentiras ni en el negocio de los montajes, así es que no mandaremos a una chica bonita para seducir a un político y filmarlos en la pieza”.
No obstante, en una entrevista posterior que el supuesto político de Sri Lanka sostuvo con el CEO de Cambridge Analytica, Alexander Nix, quedó en claro que las palabras de Turnbull eran solo de corrección política, pues Nix le indicó que si era necesario, ellos podían grabar un video de alguien ofreciendo un soborno al candidato rival, o “mandar algunas chicas por la casa del candidato”, ofreciendo jóvenes ucranianas.
Del mismo modo, le explicó que las cosas “no tienen que ser necesariamente verdad, mientras las crean” y se jactó de cómo creaban sitios web falsos y usuarios falsos, los famosos “bots”.
En la segunda parte de la investigación, en tanto, repitieron el esquema se jactarse de cosas que antes habían negado, pero esta vez el error los hundió, ya que ante la pregunta de si conocía a Donald Trump, Nix no pudo dejar de pavonearse y no solo respondió que había estado muchas veces con él, sino que, durante el proceso eleccionario tras el cual este resultó presidente, “hicimos toda la investigación, todos los datos, todos los análisis, todo el targeting. Estuvimos a cargo de toda la campaña digital, la campaña de televisión y nuestra data se usó en toda la estrategia. Toda la campaña estuvo enfocada en Clinton”.
Turnbull, a su vez, relató que ellos crearon el slogan “Defeat crooked Hillary” (“derrota a la corrupta Clinton) que usaba las dos letras “o” como si fueran esposas, luego de lo cual inundaron la web con ese slogan y cientos de variaciones.
“Solo ponemos la información en el flujo sanguíneo de internet y vemos como crecen. Les damos un pequeño empujoncito de cuando en cuando, para ver cómo crece. Así, esto infiltra la comunidad online y se expande, pero no lleva marcas, no hay a quién atribuírselo, no es rastreable”, explicó el ejecutivo.
CA dejó de funcionar luego del escándalo. Una investigación por parte del parlamento británico, (que se puede leer acá), entre otras cosas, también encontró evidencias de interferencia rusa en la política británica.
Cabe destacar que en Netflix existe un excelente documental al respecto, llamado (en español) Nada es privado.